El teclado, antes y ahora
Mamá tenía una máquina de escribir, ¡y era muy buena escribiendo! Me encantaba verla pasar las teclas por encima mientras escribía; solo necesitaba parar de vez en cuando para corregir con su corrector y luego continuar rápidamente. Me asombraba su rapidez. ¡Me impresionaba su dominio de la máquina! Admiraba a mi mamá por su habilidad y reconocía las ventajas de su rapidez.
Si alguna vez necesitaba que una tarea escolar se viera especialmente bien, mi madre siempre estaba dispuesta a escribirla por mí. Reconocí su habilidad y quise aprenderla yo misma. Tuve mi primera oportunidad en séptimo grado, en la clase de Mecanografía. La maestra me dictaba dos letras nuevas cada día y practicábamos repetidamente en la máquina de escribir. Día a día, letra a letra, aprendí a usar el teclado QWERTY y me sentí empoderada por haber adquirido esta habilidad.
Las habilidades con el teclado son más importantes que nunca
Aunque ha pasado mucho tiempo desde la época de la máquina de escribir, algo sigue igual: el uso del teclado es una habilidad valiosa de la que nadie debería prescindir . ¡Más que valiosa! ¡Critica! De hecho, el 82 % de los empleos en Estados Unidos requieren cierto nivel de conocimientos informáticos y de mecanografía.
A medida que la educación avanza y ciertas habilidades se vuelven obsoletas, las escuelas y los docentes deben mantener su determinación de enseñar mecanografía como parte del currículo escolar. Veinticinco años después de aquella clase de mecanografía en secundaria, sigo agradecido por la habilidad que adquirí. La uso todos los días. Todos. Los días.
Me ha acompañado en cada paso de mi educación secundaria y universitaria. Me ha convertido en un educador más eficaz, un empleado más eficiente y una persona más capaz.
Creo firmemente en la enseñanza del uso del teclado. Espero inspirar a mis alumnos a convertirse en maestros mecanógrafos, tal como mi madre me inspiró a mí.